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Aislamiento sísmico de los nuevos edificios

¿Qué son?

Entre las tecnologías modernas de protección sísmica, la más extendida en los edificios nuevos es la del aislamiento sísmico, que se consigue operando una desconexión estructural, generalmente por encima de la cota de cimentación o sótano, interponiendo entre la subestructura y la superestructura dispositivos de baja rigidez horizontal, con el objetivo de aumentar el periodo de la estructura hasta valores en torno a 2-3 seg, en el rango del espectro de diseño a bajas aceleraciones. El comportamiento de la superestructura es el de un cuerpo rígido que se desplaza sobre los aisladores de péndulo deslizantes FP, sometido a esfuerzos por aceleraciones muy reducidas y a deformaciones muy limitadas entre pisos.

Ventajas

En consecuencia, el enfoque de diseño con aislamiento sísmico tiene las siguientes ventajas sobre los edificios de base fija:

En virtud de las ventajas mencionadas, la diferencia de coste entre una estructura tradicional y una aislada sísmicamente llega a ser nula o incluso ventajosa para los edificios de varias plantas y/o en zonas con una aportación sísmica especialmente severa.

En el caso de los edificios de tamaño modesto, como las pequeñas viviendas unifamiliares o los edificios de una sola planta, los costes adicionales derivados de la adopción del sistema de aislamiento, que consisten principalmente en la compra de los dispositivos y las pruebas de aceptación correspondientes, la posible construcción de un plano de refuerzo adicional o los cambios arquitectónicos destinados a garantizar el acceso a los aisladores, se ven ampliamente compensados por el ahorro mencionado anteriormente. Las consideraciones ya realizadas se limitan a medir los beneficios sólo en la fase de construcción de la obra.

Un aspecto fundamental de la estrategia de aislamiento sísmico es, sin embargo, el altísimo nivel de seguridad que puede alcanzarse y la ausencia de daños posteriores al terremoto: de hecho, la exigencia de linealidad de los elementos estructurales y los desplazamientos prácticamente nulos entre plantas, además de salvaguardar la integridad total de la estructura, determinan la salvaguarda de los elementos no estructurales y del propio contenido del edificio. Es evidente que esto implica enormes ventajas económicas «a largo plazo», teniendo en cuenta que después de un evento sísmico importante, el contenedor y su contenido no estarán sujetos a ningún trabajo de reparación, y por lo tanto no habrá más costes «sociales» relacionados con el alojamiento temporal de los residentes, en el caso de las viviendas civiles, o la interrupción de las actividades laborales para las oficinas o plantas de producción, por no hablar de las implicaciones psicológicas.
Estas ventajas a largo plazo serán aún más evidentes cuando se trate del seguro obligatorio contra el riesgo sísmico; de hecho, es previsible y deseable que las primas de seguro se reduzcan para las estructuras aisladas sísmicamente.

Dispositivos

Los dispositivos utilizados para el aislamiento en la base de los edificios pueden identificarse en dos familias:

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